sábado, julio 31, 2010

Voy dejando acosos
e intento no seguir rastros,
pasar las paginas,
pero estas
semejan lapidas de mármol,
después del esfuerzo de moverlas
van apareciendo cuerpos
y no precisamente muertos,
más bien llenos de poesía,
sonrisas y meandros
de los que van surgiendo
mapas nuevos.
Lo sé,
no se pueden obtener acuerdos
cuando has robado,
aunque sean sonrisas clickeadas,
bien lo cree la leyenda
que en esas imágenes
se sustrae el alma del navajo.
Mientras
y hasta que salga la luna,
cómo aquellas tortas de casabe
que acompañaban mi hambre
para saciarla en casa,
voy controlando el lobo depredador
que llevo dentro.


Ángel Rivero

Julio 31, 2010