Traje de campaña, camisa arremangada, boina roja, mirada rauda al reloj en un hora incierta, voz rendida, calma de quien tiene control de su oficio violento, un “por ahora” en lírica cursi de promesa redentora que catalizo en segundo la ansiedad de un pueblo engañado miles de veces, por fin una gorra alzada, una mano dura contra el desorden botarata, sí, si hay hombres para salvar la patria. Y con el aval de una carta pisoteada miramos el atajo de la revancha contra los políticos falsos y el del cambio fácil y rápido del orden cerrado, no había riesgo, nada podía ser peor que los adecos y copeyanos corruptos.
Le entendemos, habla cómo nosotros, nos entiende y capitalizo el deseo de grupo, el de una nación por ser únicos y grandiosos. Y la fila se hizo larga de oportunistas mafiosos, pidiendo el indulto ficticio en una suerte de extorsión para no destapar la olla de los guisos de Tomatico y Pimentón, los hijos del rey del chiripero. Lo hicimos entre todos, muchos lo auparon soñando lejos, otros tantos buscando la oportunidad acostumbrada del negocio fácil, algunos se opusieron con un rencor clasista y racista no muy diferente al que ahora nos horroriza, otros más pecamos de omisión y de un lado y de otro ningún esfuerzo intelectual fue aplicado, creamos nuestro Frankenstein y lo potenciamos en un golpe de estupidez, buscó asesoría en el monstruo Fidel, se hizo experto y consiguió cómo as bajo la manga una ideología trasnochada aupada de resentimientos en la más rebuscada de la necedades humanas, fue fácil conseguir el enemigo, mejor grande para darle matices de heroísmo. Ahora el hijo de todos cual adolescente pendenciero que sabe de todo, es gerente petrolero, canciller estrella, ingeniero, poeta, especialista financiero, astronauta e igual que la iglesia promete las estrellas, la redención, una vida nueva, una sociedad perfecta, con ministros y funcionarios igual que curas, invocando al dios perfecto y soñando en orgías. Así con los mejores ingredientes de la simpleza nos arenga para la construcción de un “hombre nuevo”, a semejanza de la canción “Construcción del Hombre Nuevo” de Daniel Viglietti: Por brazo, un fusil/por luz la mirada, y junto a la idea una bala asomada.//Y donde el amor/un grito escondido,/millones de oídos serán receptivo.//Su grito será/de guerra y victoria,/como un tableteo/que anuncia la gloria// Y por corazón a ese hombre daremos, el del guerrillero que todos sabemos.
Ahora con la táctica sencilla de divide y vencerás, nos divide usando el procedimiento básico de bueno contra malos y va legitimando la violencia, haciéndola institucional, haciendo leyes a su medida, rodeándose de artistas, escritores e intelectuales aislados del tiempo real, que intentan justificar la dictadura de más de 50 años de Fidel en nombre de la libertad, que logran ver belleza en un régimen cómo el de china donde la gente sufre la vieja barbarie, la de un pasado brutal, la de la dictadura comunista y la de una nueva bestialidad representada por un mercantilismo extremo que destruye las relaciones sociales, desprecia el sufrimiento de la gente y niega la libertad. Cómo dice Goette: Lo insuficiente / deviene aquí en acontecimiento. y así adquirimos nuestras Kalachnicov AK-47, el arma que más gente a matado en las guerras civiles del mundo.
Ojala la literatura pueda ayudar y no se convierta en parte del horror y no nos quede como anillo al dedo la frase de Kundera: El horror es un impacto, un momento de absoluta ceguera. El horror está desprovisto de toda huella de belleza. No vemos más que la intensa luz del acontecimiento desconocido que aguardamos. La tristeza… La tristeza, por el contrario, presupone que sabemos.
Ángel Rivero
Junio 01, 2009
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