KRISTAL, MI SENSACIÓN.
Siento dolor en la panza, en el pecho, es difícil plasmarlo, explicar eso, más cuando uno ha leído por ahí que las vísceras no duelen, que son interoreceptivas, que los nociceptores son los músculos abdominales, reflejando algo que paso en otro lado, que el cerebro envía las señales de dolor ahí, cuando detecta alguna anormalidad en los órganos, que es un dolor irradiado, una sensación, parecido a eso que se siente después de haber estado enamorado, después de cuando las mariposas revoloteaban en tu estomago, después de que todo termino y en un proceso inverso esos pinches insectos se convierten en gusanos y sientes que te comen el abdomen, sí, tiene razón la iniquidad que nos desgobierna, es una “sensación de inseguridad” el dolor que siente todo venezolano, somos músculos nociceptores, hasta que nos atacan y nos hacemos interoreceptivos, vísceras, sin dolor, occisos cada media hora en desenfreno de agujas que no paran y en cada rayita marcan muerte, incluso cuando coinciden y se juntan y la copula de agujas que dice Benedetti en nuestro caso es que te toca, como este domingo a las tres y cuarto, no por mala suerte sino porque es ración, premio de una ruleta negra por roja y señalo nuestra media hora.
Siento dolor en la panza, en el pecho, es difícil plasmarlo, explicar eso, más cuando uno ha leído por ahí que las vísceras no duelen, que son interoreceptivas, que los nociceptores son los músculos abdominales, reflejando algo que paso en otro lado, que el cerebro envía las señales de dolor ahí, cuando detecta alguna anormalidad en los órganos, que es un dolor irradiado, una sensación, parecido a eso que se siente después de haber estado enamorado, después de cuando las mariposas revoloteaban en tu estomago, después de que todo termino y en un proceso inverso esos pinches insectos se convierten en gusanos y sientes que te comen el abdomen, sí, tiene razón la iniquidad que nos desgobierna, es una “sensación de inseguridad” el dolor que siente todo venezolano, somos músculos nociceptores, hasta que nos atacan y nos hacemos interoreceptivos, vísceras, sin dolor, occisos cada media hora en desenfreno de agujas que no paran y en cada rayita marcan muerte, incluso cuando coinciden y se juntan y la copula de agujas que dice Benedetti en nuestro caso es que te toca, como este domingo a las tres y cuarto, no por mala suerte sino porque es ración, premio de una ruleta negra por roja y señalo nuestra media hora.
Y así, en mi familia como a un cochino que le llego su sábado, plick, suena el celular y me despierto, otra vez plick, lo tomo soñoliento y reticente desde hace algún tiempo a mensajes extra-horario, leo el texto o lo intento en mi presbicia: 5:05 am, envía Daisy: “en el hospital, le dieron un tiro a Kristal” …ño, pego un salto al suiche y a los lentes, releo y pincho el send del puto androide que se torna más lento, o al menos eso parece: alo, alo, hermanita, que paso, que le paso a Kristi?, del otro lado me llega una sensación de angustia: “la hirieron, una bala perforo un pulmón”, cuando, por qué?, pregunto en estúpida búsqueda de su inocencia, porque somos culpables de atravesarnos a las balas, de no actuar con aplomo ante el asalto, de provocar la ira del delincuente al no bajarnos rápido del carro, de ir a fiestas muy tarde, de ostentar celulares y hasta del novio guapo o la novia buenísima, “fue cerquita, a un semáforo de su casa, venía con una amiga, de un reencuentro de compañeros de grado, la amiga también es abogada, se graduó con ella”, me dice la tía justificando su inocencia y buena compañía, y Mirian? la mamá de Kristi “está con ella adentro, pero está emergencia es un colapso, hay decenas de heridos, aun no la han atendido, estoy llamando a Marelny pero no atiende”, a Marel..? “sí, y a Wilfredo, Kristi no siente las piernas y el tomógrafo aquí esta malo” y la amiga?, “esta herida, en las piernas por el choque, pero fuera de peligro, Kristi al ver los tipos en el semáforo acelero, pero le dispararon y perdió el control del vehículo y se estrello fuera de la avenida, el carro quedo abajo, con los caucho rotos quizás por eso los tipos siguieron de largo, ella dijo amiga, me dieron, busco su celular y llamo a urgencias y a su casa”, deja y llamo a Marelny, ella y Wilfredo mi otra hermana y su esposo neurocirujano están durmiendo en casa de papá, cerquita de ahí, te dejo, me contesta mi pá, con la voz de susto que contestamos todos el teléfono en casa a las cinco de la mañana, le explico, me dice: “ellos se quedaron aquí anoche, era muy tarde, los levanto y salimos para el hospital” cuelgo y pienso en su “era muy tarde”, él también justifica, “era muy tarde”, se quedaron, no fueron culpables de querer ir a su casa y esta vez se salvaron.
Voy a la ducha, alistarme y también ir, estoy a más de mil kilómetros de ahí, y mientras el agua corre en mi cuerpo voy viendo su rostro y convirtiéndome nociceptor una sensación, el dolor reflejado de lo que sufre mi sobrina, mis hijos, tus hijos, sobrinos, sobrinas, primos, primas, tus hermanos, hermanas, novios, novias, esposos y esposas, parejas, padres y abuelos y abuelas, adultos y adultas con amor mayor, adolescentes y adolescentas, niñas y niños de tu familia y de las amigas y amigos más queridos y los menos queridos también, vecinos y vecinas, los rumberos, los religiosos, los opositores, los compañeros y camaradas del proceso, los de la derecha fascista, los de la izquierda estalinista, los rojos rojitos esos Marxistas que no han leído a Marx, los inteligentes que leen y jamás se ubican de ningún lado, los menos inteligentes pero que están donde hay y asaltan hasta el cielo, los que escriben en warao y cariña para ser autóctonos, los dignificados en refugios, los sin dignificar aun, habitando los ranchos que no se han caído, los afrodescendientes, los catiritos burguesitos y los catiritos pobres hijos del coño é madre ese que se cojio la muchacha, los mestizos todos, los originarios resistentes del imperio español, los que no volverán, los que se van a ir ahorita, los obreros y obreras, los campesinos, los estudiantes hijos de papá con BB y sin BB´s, los de la UniverCidad Bolivariana, los capitalistas de mierda, los heroicos y barrigones militares, rastreros de los dinosaurios de la isla castrada, herederos de los aguerridos lanceros del traidor Páez, (sí, a esos los quiero asesinar yo, hoy soy parte del problema y voy sintiendo mucha rabia), a los homosexuales, heterosexuales y bi-tri sexuales, los ninis , los majunches y pitiyanquis, los petroleros que bombean crudo por oleoductos y los que lo echan al mar, a ríos, lagos y llanuras, habitantes todos de los escombros de la Republica Bolivariana de Venezuela, similares y conexos, todos expuestos a ser la sensación de madrugada, de noche, mañanita o tarde, el llanto de otro.
Hoy vuelve a ser domingo y debo dar gracias a Dios, que Kristi respira, que ya no hay agujeros que dejen escapar su aire, que ya no hay plomo en el cuerpo envenenado su sangre, que el proyectil asesino toco la vertebra T2 aunque más cerquita esta ese corazón inmenso, que aunque hay esquirlas de sus huesos en la medula aun tenemos un cincuenta por ciento de que su paraplejia no sea definitiva, que pueda mojarse a sus ganas y no por no controlar sus esfínteres, que pueda bailar y sonreír junto a los chicos que ese día celebraban y aplicar la justicia que hoy se nos escapa.
Ángel Rivero
Marzo 18, 2012
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