Leo, releo y oigo
analistas políticos opinando de nuestra “crisis” como si un genocidio de más de
doscientas mil almas puede llamarse crisis, como si el saqueo de toda la
riqueza de un país es una crisis, como si el pisoteo de las más elementales
normas jurídicas o el adoctrinamiento de niños en la “idolología” de un asesino
confeso puede llamarse sólo crisis, y encima llaman a los que se oponen a esa
criminalidad anti-políticos, violentos que se oponen al dialogo y aconsejan
desde las comodidades de sus oficinas ubicadas en ciudades cosmopolita, esperar
el tiempo perfecto de Dios, la oportunidad electoral civilizada. ¿Es perfecto
el tiempo de Dios? ¿Y los otros tiempos, los imperfectos, aquellos donde más es
clamado o necesitado, cuando los ciudadanos son asesinados, asediados por
bandas de criminales, ese tiempo no es de Dios? ¿Acaso no negamos a Dios cuando
esperamos sólo tiempos perfectos, para hacer, para actuar, no estamos con eso
anteponiendo lo bello a lo útil, lo estético a lo ético? ¿O Dios sólo me sirve
cuando todo sea hermoso?, cuando seamos un país idílico que el mayor sacrificio
por el país sea pararse como el líder de los buenos en una tarima y ser aclamado
por ciudadanos felices, o algunos más radicales llamar a una salida en la calle
para que todos los vean “sacrificarse” entregándose al dictador, entre
despedidas noveleras a los hijitos y a la esposa, lo que no es más que la
sustitución de los abrazos y besuqueos de ancianitas que hacían los políticos
de la cuarta y también los de la quinta. Están tan identificados por el régimen
como lideres estéticos que este enfila su crítica contra la oposición por la
quema y destrucción de arbolitos y plazas, obviando los asesinatos de decenas
de ciudadanos, enmarcando, rebajando propagandísticamente la rebelión a un
cuadro estético. “Nadie lo sabe mejor que
los políticos. Cuando hay una cámara fotográfica cerca, corren en seguida hacia
el niño más próximo para levantarlo y besarle la mejilla. El kitsch es el ideal
estético de todos los políticos, de todos los partidos políticos y de todos los
movimientos” Milan Kundera.
Soy anti-político,
sí, no es mi oficio, (aunque olvidan los analistas que la lucha armada de
liberación de un pueblo es la máxima expresión de esa lucha política) en esta
circunstancia de mi país los soy, porque así como es utópico el más puro
comunismo y dejando claro que los castrochavistas citando a la disidente cubana
Yoanny Sanchez “Cuba se ha alejado del capitalismo no por su cercanía al socialismo
y sí más por su cercanía al feudalismo” también es utópico un ideal estético,
que antepone lo hermoso a lo correcto o mejor expresado por Milan Kundera: En el trasfondo de toda
fe, religiosa o política, está el primer capítulo del Génesis, del que se
desprende que el mundo fue creado correctamente, que el ser es bueno y que, por
lo tanto, es correcto multiplicarse. A esta fe la denominamos acuerdo
categórico con el ser. Si hasta hace poco la palabra mierda se reemplazaba en
los libros por puntos suspensivos, no era por motivos morales. ¡No pretenderá
usted afirmar que la mierda es inmoral!” (…) De eso se desprende que el ideal estético
del acuerdo categórico con el ser es un mundo en el que la mierda es negada y
todos se comportan como si no existiese.
Pues sí,
existe a borbotones en nuestra Venezuela y pretenden que nos comportemos ordenadamente,
como borregos castrados engordando para el matadero, esperando el tiempo
perfecto de Dios, que no es más que su negación
Ángel Rivero
G.
Abril 26, 2014